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Lo que nadie te contó sobre los bioestimuladores.
La historia de los bioestimuladores comienza mucho antes de su fama en la estética moderna. Todo empezó en los años 60, cuando el ácido poli-L-láctico (PLLA) fue creado como un polímero biocompatible para suturas quirúrgicas reabsorbibles. Su seguridad y estabilidad hicieron que rápidamente se usara en múltiples áreas médicas, pero no fue sino hasta finales de los años 90 cuando se descubrió su potencial estético.
CMEG
6/18/20252 min leer


En 1999, el PLLA comenzó a utilizarse en Europa bajo el nombre comercial New-Fill, para tratar la pérdida de volumen facial causada por enfermedades como el VIH. Su éxito en ese contexto clínico llevó a la aprobación en EE. UU. en 2004, bajo el nombre de Sculptra, inicialmente solo para pacientes con lipoatrofia facial. Más adelante, en 2009, la FDA amplió su uso a tratamientos estéticos generales, marcando el inicio de una nueva era en medicina estética: la de la bioestimulación natural del colágeno. Hoy en día, marcas como Sculptra®, Radiesse® o Ellansé® son referentes globales, y los bioestimuladores ya no son solo para recuperar volumen, sino para mejorar la calidad estructural de la piel desde dentro.
¿En qué se diferencian de los rellenos tradicionales?
A diferencia de los rellenos dérmicos (FiLLERS), que aportan volumen inmediato rellenando directamente una arruga o surco, los bioestimuladores no rellenan de forma instantánea, sino que estimulan a la piel para que produzca su propio colágeno. Es un enfoque más progresivo, pero también más duradero y natural. Mientras que un filtre puede durar de 6 a 12 meses, un bioestimulador puede ofrecer resultados visibles y sostenidos por hasta 2 años o más, especialmente si se siguen los protocolos correctos. La diferencia clave está en que uno actúa desde afuera, y el otro, desde adentro. Por eso, muchos profesionales hoy combinan ambas técnicas: el filtre para un cambio inmediato donde se necesita volumen (como labios o pómulos), y el bioestimulador para rejuvenecer el rostro completo, mejorar la flacidez y devolverle vitalidad al tejido.
¿Cuándo y para quién se recomienda?
El mejor momento para comenzar con bioestimuladores es a partir de los 30 años, cuando el colágeno empieza a disminuir de forma natural. Es especialmente recomendado en personas entre 30 y 55 años, que desean prevenir la flacidez o recuperar firmeza sin cambiar sus rasgos faciales.
También es ideal en pacientes que: Buscan resultados progresivos, duraderos y naturales., Quieren tratar zonas como el cuello, escote o manos, donde los FILLERS no son tan efectivos., No se sienten cómodos con rellenos muy evidentes o transformaciones drásticas.
No es recomendable en personas con enfermedades autoinmunes activas, alergias a los componentes, embarazo o lactancia. Tampoco es ideal si se desea un resultado inmediato y visible en el mismo día del tratamiento.
Beneficios estéticos reales y cuidados necesarios
Los resultados que ofrecen los bioestimuladores van más allá de lo estético superficial. Entre los beneficios más notables se encuentran:
Mejora visible de la firmeza y elasticidad de la piel.
Reducción progresiva de arrugas finas y líneas de expresión.
Mayor luminosidad y textura más uniforme.
Rejuvenecimiento global sin volumen artificial.
Resultados acumulativos y duraderos.
Eso sí, para lograr estos beneficios es fundamental seguir un buen protocolo post-tratamiento: masajes diarios, hidratación, fotoprotección constante y evitar el ejercicio intenso o el calor excesivo durante los primeros días. Pequeños gestos que hacen una gran diferencia.
Conclusión
Los bioestimuladores han cambiado la forma en que entendemos el rejuvenecimiento facial. Ya no se trata solo de rellenar, sino de estimular a la piel a regenerarse por sí misma. Son una opción cada vez más popular entre quienes buscan resultados sutiles, naturales y duraderos, sin alterar sus facciones ni recurrir a cirugías.
Como todo tratamiento médico-estético, debe ser aplicado por profesionales capacitados y con conocimiento profundo de la anatomía facial. En MediEstetic, combinamos ciencia, experiencia y belleza natural para ayudarte a lograr tu mejor versión… sin dejar de ser tú.